Es más que un trámite simple: es una red de seguridad financiera para su familia y una forma de dejar un legado duradero.
Comienza eligiendo el tipo de póliza (a término o permanente), el monto de cobertura que deseas y nombrando a tus beneficiarios. La mayoría de las solicitudes requieren un cuestionario de salud, y algunas pueden requerir un examen médico.
LLa aseguradora evaluará su perfil de riesgo según su edad, salud, estilo de vida e historial médico. Este proceso se denomina suscripción. Con base en su evaluación, determinarán su prima y si aprueban la póliza.
Una vez aprobada, paga las primas regulares (mensuales, trimestrales o anuales). Estos pagos mantienen la política vigente. Si deja de pagar, su póliza podría caducar y quedar sin seguro.
Si adquiere una póliza permanente, como una de vida entera o universal, parte de su prima se deposita en una cuenta de valor en efectivo. Puede tomar prestado de esta cuenta o usarla para pagar primas posteriormente.
Si falla mientras la póliza está vigente, su beneficiario presenta una reclamación con un certificado de defunción. Una vez aprobada, la aseguradora paga el beneficio por fallecimiento acordado, generalmente libre de impuestos.